La belleza de la mujer podrá potenciarse a través de distintos trabajos en zonas puntuales del rostro, como en las pestañas. Es que la mujer suele desear tener unas pestañas largas y por eso acude a distintas técnicas, aunque muchas veces son perjudiciales. Es por ello que hoy te diremos el secreto para tener unas largas, tupidas y rizadas, logrando así enmarcar el ojo e intensificar su forma.
Por lo tanto, siguiendo algunos consejos sencillos podrás embellecer la mirada semipermanente, acompañados de un efectivo ritual de maquillaje, lograrás que tus ojos resalten mediante unas pestañas soñadas, potenciando la longitud y la densidad. Y uno de los principales ejes será prestar atención sobre el sérum de tratamiento elegido, conociendo los ingredientes debido a que los activos que no son naturales podrán en jaque la belleza de la mirada. En consecuencia, se sugieren aquellos con miliacina y ácido hialurónico.
Según especialistas, la dieta será esencial en el buen estado de las pestañas. Cualquier mujer sabe que una alimentación saludable incidirá en la luminosidad de la piel o la fortaleza del cabello, pero la nutrición también juega un papel importante en la manera en la que crecen las pestañas. Entonces se sugiere probar un suplemento de biotina, un compuesto presente en alimentos como los huevos y las espinacas, cuyo déficit es la principal causa de la caída del vello corporal, que también incluye cejas y pestañas.
Así mismo, la limpieza diaria también incidirá en la belleza del rostro. Es que al momento de desmaquillarnos, tendremos que poner énfasis en las zonas que acumulan suciedad, sudor y otras impurezas. De esta forma, la piel estará limpia y respirará mejor, evitando así la aparición de granitos. Además habrá que recordar hacerlo de manera suave, especialmente con las pestañas, usando agua micelar o un desmaquillante.
Finalmente la mujer deberá tener cuidado con los rizadores de pestañas ya que, a pesar de que logren una mirada realmente abierta y descansada, expertos en belleza desanconsejan su uso en verano porque causa que el vello se vuelva más quebradizo, un daño que se ve potenciado por la sal, el cloro o el sol.